El SEPE prorroga para 2026 las medidas que permiten impartir formación presencial por aula virtual, reforzando la digitalización, pero también el control. La Resolución publicada en diciembre confirma que en 2026 la formación programada seguirá apoyándose en herramientas digitales, con plazos muy ajustados que exigen organización.
La Resolución de 25 de noviembre de 2025 del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) mantiene para 2026 un conjunto de medidas que nacieron en 2020 y que, ejercicio tras ejercicio, han demostrado ser útiles para facilitar la formación bonificada en las empresas.
El objetivo sigue siendo el mismo: permitir que las empresas utilicen su crédito formativo de forma más ágil, reforzando la digitalización y adaptando la formación a una organización del trabajo cada vez más flexible, sin perder control ni trazabilidad.
Que las medidas se repitan no significa que puedan relajarse los requisitos de justificación.
1. Aula virtual considerada formación presencial
En 2026 se mantiene una de las medidas más relevantes: la posibilidad de impartir formación presencial íntegramente mediante aula virtual, o bien la parte presencial de acciones mixtas, considerándose en todo caso como formación presencial.
Eso sí, no vale cualquier conexión. Debe existir comunicación síncrona, bidireccional y en tiempo real entre la persona formadora y quienes participan. Además, la plataforma debe generar registros de conexión con identificación de asistentes, fechas y tiempos.
- Atención. Si la herramienta no registra conexiones, será necesario recurrir a declaraciones responsables, lo que incrementa el riesgo en caso de comprobación.
2. Sistema bimodal o «aula espejo»
La norma permite también el denominado sistema bimodal: una parte del grupo asiste físicamente al aula y otra lo hace por aula virtual, de forma simultánea.
Esta opción no supone coste adicional y debe indicarse expresamente en la comunicación de inicio del grupo formativo.
Uso obligatorio de medios electrónicos y firma digital
En 2026 se refuerza la relación electrónica obligatoria con el SEPE y FUNDAE. Las notificaciones serán electrónicas y se admite la firma digitalizada o biométrica para toda la documentación vinculada a la formación, siempre que se garantice la autenticidad.
Para el control de asistencia en modalidad presencial, se prioriza el uso de la herramienta Firmasistencia.fundae.es, aunque se permiten otros sistemas electrónicos equivalentes.
La falta de trazabilidad en firmas o asistencias es uno de los motivos más frecuentes de minoración de bonificaciones.
Plazos de comunicación: el punto más delicado
Los plazos vuelven a ser muy ajustados y conviene tenerlos presentes:
- La comunicación de inicio puede realizarse hasta 2 días antes del comienzo del grupo.
- Las cancelaciones o modificaciones relevantes deben comunicarse con al menos 1 día de antelación.
Si no se cumplen estos plazos, el grupo puede considerarse «no realizado» a efectos de aplicar la bonificación, salvo causas imprevisibles debidamente justificadas.
- Atención. Un error de calendario puede dejar sin efecto toda la bonificación, aunque la formación se haya impartido correctamente.
Extensión a los permisos individuales de formación
Las medidas se aplican también a los permisos individuales de formación (PIF) solicitados en 2026, cuando las acciones se impartan mediante aula virtual o sistema bimodal.
La asistencia puede acreditarse por vía telemática, mediante certificado de la entidad formadora o declaración responsable de la persona trabajadora.
La documentación del PIF debe ser coherente con el sistema de impartición elegido; no basta con acreditar la superación del curso.
Recomendaciones
La experiencia de los últimos años demuestra que la formación bonificada funciona bien cuando se planifica con antelación y se documenta correctamente. En 2026, la flexibilidad sigue ahí, pero también el control.
Revisar plataformas, calendarizar comunicaciones y centralizar la gestión documental sigue siendo la mejor estrategia para evitar incidencias posteriores.
La bonificación no se pierde por la modalidad, sino casi siempre por fallos formales evitables.
La Resolución del SEPE para 2026 confirma un modelo de formación más digital, más flexible y alineada con la realidad empresarial actual. Pero también recuerda que la correcta ejecución formal es tan importante como el contenido de la formación.
Desde el despacho quedamos a disposición para revisar planes formativos, comunicaciones y sistemas de control de cara a 2026, con el objetivo de que la formación aporte valor real sin riesgos en la aplicación de las bonificaciones.
Pueden ponerse en contacto con este despacho profesional para cualquier duda o aclaración que puedan tener al respecto.
Un cordial saludo,





