A la hora de iniciar un negocio uno de los primeros interrogantes que se nos plantea es el de cómo elegir la forma jurídica de una empresa qué nos conviene para ello.
El objetivo de este post no es el de realizar un análisis riguroso ni exhaustivo de las diferentes formas jurídicas existentes, sino más bien centrarnos en las opciones que en base a nuestra experiencia de más de 20 años ayudando a emprendedores y pymes a establecer y hacer crecer sus negocios podemos afirmar que son las apropiadas en más del 90% de las ocasiones.
Como primer paso para elegir la forma jurídica será necesario realizar un análisis preliminar tomando en cuenta una serie de parámetros del negocio que nos van a condicionar desde el primer momento el enfoque. Entre los principales podemos citar:
- Número de socios
- Actividad a desarrollar
- Volumen de negocio previsto
- Inversión inicial prevista.
- Necesidades de financiación.
Como veréis se trata de variables propias del negocio No hemos entrado hasta el momento en ningún aspecto legal ni fiscal. Es por ello, que siempre recomendamos como primer paso la elaboración de un Plan de Negocio, que, por básico que sea ayudará siempre al emprendedor a fijar sus ideas e ir enfocando en la dirección correcta. Al mismo tiempo a nosotros nos servirá como herramienta de suma utilidad para ayudar al emprendedor en esta fase inicial.
Simplificando al máximo el modelo y como ya hemos indicado anteriormente, basándonos en nuestra experiencia práctica, podemos indicar que las principales alternativas que se nos presentan se pueden dividir en dos:
- Empresario Individual (autónomo)
- Sociedad mercantil
Por supuesto existen otras fórmulas menos frecuentes, que podrían ser apropiadas para situaciones específicas entre las que podemos citar:
- Sociedades cooperativas
- Comunidades de bienes
- Sociedades civiles
- Sociedades comanditarias por acciones
¿Cómo elegir la forma jurídica de una empresa?¿ Cuando debo elegir empresario individual (autónomo)?
La principal ventaja de esta opción reside en los escasos o nulos costes de establecimiento, así como en menores obligaciones contables y administrativas que redundan en menores costes de mantenimiento.
Su principal inconveniente, es que no goza de la protección del patrimonio personal del empresario que nos puede brindar una sociedad mercantil.
Otros aspectos a tener presentes:
- Elegir esta opción cuando se trate de un sólo socio. En caso de ser dos o más solemos recomendar acudir a la sociedad mercantil evitando en la medida de lo posible figuras como la Comunidad de Bienes o la sociedad Civil por motivos de protección matrimonial y otros.
- Volumen de negocio y beneficios previstos en el primer/os ejercicios. Este dato nos va a condicionar la elección, ya que afecta directamente a la fiscalidad. Aconsejamos realizar un comparativo entre IRPF (tipo progresivo) e Impuesto Sociedades (tipo fijo).
- Actividad a desarrollar. Influye de manera muy importante en la decisión tanto por su fiscalidad como por otros aspectos legales y regulatorios que pueden afectar a determinadas actividades.
- Otros aspectos legales. Existen cuestiones beligerantes desde el punto de vista jurídico, como lo es actualmente, la denominada tarifa plana. En este caso y si se cumplen los requisitos, no existe ningún problema para su aplicación cuando se trata de empresario individual mientras que para autónomos societarios, por el momento la administración no lo aplica de oficio.
- Riesgo del negocio. A partir de un riesgo medio conviene plantearse sociedad mercantil.
¿Cuándo elegir sociedad?
Su Principal ventaja es la separación del riesgo del negocio, del patrimonio personal. Por contra existen unos costes de constitución y unas obligaciones contables superiores al empresario individual.
- Cuando se trate de dos o más socios.
- Cuando, desde el punto de vista fiscal, por el volumen de negocio y beneficios resulte recommendable el tipo fijo del Impuesto de Sociedades frente al tipo progresivo del IRPF.
- Cuando vayan a existir necesidades de financiación por parte de terceros.
- A veces por necesidades de imagen de cara al Mercado.
- Cuando se quiera dotar al negocio de una estructura apta para su crecimiento y entrada de nuevos socios en el futuro
- Cuando el riesgo para el patrimonio personal se medio o alto.
- Cuando se quiera aplicar para cierto tipo de subvenciones.
Por último, debemos citar que en no pocos casos, un negocio se inicia en forma de empresario individual para a corto o medio plazo para convertirse en Sociedad.
Si tienes cualquier duda sobre este tema, no dudes en visitar nuestra página de contacto y te atenderemos encantados.